¿Qué tipo de hombre se siente atraído por una mujer que se hace la difícil, se esconde, no toma la iniciativa, finge ser medio tonta y además necesita de alguien que le haga los deberes que debería haber hecho ella, esto es, ocuparse de averiguar quién es y qué quiere en la vida?
Yo tengo la respuesta, me la dió una reina a quien se le cayó la corona y se la fijó con pegamento mágico para que nunca más se le volviese a caer. Esta es la respuesta regia: el tipo de hombre que se siente atraído por una princesa con ese comportamiento es un caballero de armadura demasiado oxidada.
Amar a un rey no es cualquier cosa: no finge, no miente, no espera, no manipula, no engaña, no tergiversa, no te dice lo que quiere oír, sino lo que siente o piensa, va a su aire pero cuenta contigo, te hace preguntas directas pues quiere saber si la relación tiene posibilidades.
Si se pide una reina, has de ser un rey, y si no lo eres.... apártate de su camino, y viceversa, para tener un rey, primero has de ser reina, grábate esa máxima en la corona; ningún rey quiere por compañera a una princesa de corona floja, para pasar un rato si, pero no seas alguien con quien pasar el rato, sino se alguien con quien pasar la vida.
Si tu buscas a tu rey y tu rey te busca a tí, paciencia, ya os encontraréis, no te empeñes en besar sapos. No te quites la corona para parecer menos reina y que asi tu caballero de armadura demasiado oxidad no se sienta incómodo en su postura de caballero junto a ti. Una reina no se rebaja a comer las migajas que le ofrece un caballero, que pensando que está muerta de hambre, le aceptará cualquier cosa con tal de saciar su hambre. Una reina siempre tiene por compañía su dignidad, la cual le hace apostar por sí misma. Ama, pero también se ama así misma. Esa dignidad es la causante de que acepte el dolor de las rupturas, de cuidar de su corazón en vez de lanzarse a los brazos del caballero de armadura oxidada, suplicando clemencia.
Y contó el caballero: "perdí a la reina, pretendí darle migajas, pero ¿qué respondió ella? Nada, tan sólo me miró; en lugar de responderme me habló de lo que ella quería y anhelaba su corazón. No me suplicó. Cogió su corona, asumió su dolor y se fue a llorar su tristeza. Esa reina, era mucha reina para mí".
Hay caballeros guapos, de esos que gusta mirar, pero con un corazón tan vacío que da miedo asomarse a su vida. No tienen intención alguna de quedarse en la tuya, por la sencilla razón de que para eso han de comprometerse contigo, y eso significa tener que renunciar a todas las princesas de corona floja que pululan a su alrededor dispuestas aconsolarles las noches de soledad y a aguantarle todas sus salidas de tono. Suele tratarse de hombres con pánico a amar, huidizos del compromiso del corazón, que no harán sino dejar el tuyo maltrecho, si se te ocurre asirte a ellos.
Si te callas porque no quieres que se asuste o pienses que le presionas o vas demasiado deprisa o que estás desesperada o más comprometida que él en la relación, si en vez de pensar en ti piensas sólo en él lo más probable es que te lleves un chasco, acabarás por descubrir que "lleváis velocidades diferentes", un eufemismo que significa que mientras tú pensabas que ambos estábais construyendo una relación, él estaba pasando el tiempo y entreteniéndose contigo hasta que llegase otra que le gustase más con la que no tuviese que comprometerse, ni le diese la vara. No te quedes esperando que tu caballero se convierta en rey, lárgate y vive tu vida, una vida de reina. Si se convierte en rey y tu eras su reina, ya se verá, cada uno elige su camino y su momento.
La verdad es que me encanta la moraleja de este cuento. Es muy cierto todo lo que has escrito!
ResponderEliminarEspero poder llegar a ser una buena reina y poder encontrar de verdad a mi rey!
GRACIAS POR ESTAS PEQUEÑAS COSAS BABSI!