No sé si fue realidad o sueño, pero sucedió. Hace ya mucho tiempo, quizás demasiado para tenerlo en cuenta ahora mismo, pero hace poco alguien me recordó aquella noche de septiembre y como la palabra olvido no entra en mi vocabulario, es hora de levantar el velo quecubría el recuerdo y sacarlo a la luz, por bello y triste que sea a la vez.
Los termómetros ya no sufrían en aquellas fechas, las noches te obligaban a vestir algo que impidiese al frío penetrar tu piel y tu ánimo. En medio de aquel mes post veraniego, en medio de una noche como otra cualquiera, el insomnio se hizo dueño de mi corazón. Apenas estaba a unos metros de la persona que durante años quiso ser mi alma gemela, aunque nos quedásemos, ambos, a medio camino de todo y nada. Imposible conciliar el sueño cuando a la mañana siguiente iba a estar a cientos de kilometros de sus labios. Sólo quería seguir manteniendo la vista fija en el techo de mi habitación para disfrutar de cada movimiento del tiempo en silencio, por mucho que no se escuchasen mis gritos de desesperación ente la niebla que imperaba fuera.
En ese instante en que la tristeza se mezcla con la desmesura de los aconteciminetos escuché como una puerta se abría al lado de la mia. Sólo habia una, así que únicamente el pudo salir de allí, lo que ignoraba por completo, lo que no soñaba siquiera, es que sus pasos llenos y silenciosos se encaminaran hacia mi cama donde, cubierta con el nórdico, disimulaba el dolor apretando los dientes.
Vestido con unos gallumbos y el pelo en pleno caos, me miró complaciente: "¿Duermes?", me preguntó. Abrí los ojos y le respondí con media sonrisa. Parece que él tampoco había logrado conciliar el sueño, su mirada le delataba. Sin pronunciar una sola sílaba, se hizo un hueco bajo el nordico, se apoyó en mi hombro y me cojió la mano. Permanecimos en silencio unos cuantos minutos, los mas lentos que he tenido la desgracia de sufrir. Pero a la vez, duraron poco.
- Mañana te vas y nosotros aquí haciendo el paripé- asentí- déjame besarte esta noche...Yo no quería.¿En qué estado iba a dejar mi corazón tras saborearle de nuevo?¿Pero como negarse a algo tan indescriptible como mezclarme con el?
Nos besamos y fue como cuando el reloj comenzó a correr como alma que lleva el diablo. Ahora rezaba porque algún milagro de esos que ocurren a veces, se parase el tiempo y nunca amaneciera. Lo reconozco, soy una ilusa. Vivo y moriré ilusa. Es mi sino.
Noté como aquellos besos, directamente salidos de su alma se posaban e la mía, me daban la vida y a la vez me la quitaban . Pero hubiese firmado morir en aquel momento de felicidad absoluta. Momentos que tenemos todos, tan fugaces que solo puedes conformar con la estela que dejanporque iban a morir allí, en la cama, bajo mi nordico. No pensaba, sólo me daba por completo sorprendido por el impagable regalo de tenerle junto a mi amándome, dándose entero. El sexo no es solo lo que se ve en la tele, la comunión de almas es de las mejores maneras de practicarlo.
Mis temores se hacían poco a poco realidad. Con cada rayo de tenue luz que sacudía las cortinas, la esperanza agoniaba en espera del milagro. Pero por mucha fe que tenga en ellos, como aquel amanecer no hubo ninguno. O sí.
Tiernamente, como si mi carne fuese de porcelana china, me recostó sobre sus rodillas y me acarició el pelo con la delicadeza de un dios del tacto, enamorado y resignado a perderlo todo. "Háblame", musité no muy convencida de lo que quería decir... Su voz habia sido la bandera primera que enganchó las columnas destrozadas de mi resistencia a su amor. Y el, mientras sus dedos jugaban al escondite entre mi pelo, me habló, no, me cantó, me susurró... una canción que lo decía todo, pues a veces, la música, las canciones, son salidas de emergencia cuando no se sabe que decir en noches melancólicas.
Aquella canción, Forever and One, tenía su historia. Semanas antes, se la regalé en directo, con mi voz conpungida por la emoción de tenerle delante y ser solo para el. Me devolvió el detalle, signo inequivoco de que aquella melodía significaba el fin del todo.
Es fácil conseguirlo, es fácil que quien lea estas palabras la busque y la escuche. Es fácil que no le diga nada la letra o que ni siquiera la entienda. Pero susurrada con el corazón en la mano de un hombre destrozado como el...adquirió el estatus de himno triste y definitivo.
Tan dulce sonaba, tan suaves eran sus caricias, que sin darme cuenta y queriendo luchar contra Morpheo, para que me dejase disfrutar unos minutos mas de aquella escena jamás revivida... me dormí. Y lo hice segura de dos cosas: de que no quería despertar y de que en ese instante de mágia tactil, no quería estar en ningún otro lugar que no puese en aquella cama, recostada en sus piernas, con sus manos dibujando en mi pelo y Forever and One acunando mis sueños, si es que los tuve.
Y aqui, en este punto de la históriaes cuando todo acabó. Obviamente amaneció, siempre lo hace. Obviamente salimos en busca de un café con nata, su preferido. Después montamos en un coche lista para contar uno a uno los kilómetros que me alejarían de el para siempre. Pero eso... es otra historia.
Hoy sólo desvelo la sensación de aquella larga y corta noche. Desvelo una parte del secreto del amor verdadero que inunda mi mundo desde que tengo conciencia de ser persona capaz de amar sin límites, ni de tiempo, ni de espacio. Desvelo que el ave negra se columpia de mi espina dorsal me rehizo por dentro, años después, cuando ya nada de aquello, ni las cenizas, quedaba. Todo ardió y se guardó en el cajón del olvido más cruel y frío. Hoy este escrito ve la luz, queda inmortalizado, como inmortal es mi alma impregnada de sus caricias y amor por entonces eterno, fiel y entregado.
Si tú, que dudas de que estas cosas pasen, en esta medida, con esta intensidad deconocida, has comprendido mi mensaje, alberga la esperanza de que todos los días hay milagros como este y si no los has tenido, los tendrás. Hay una ley divina de compensación que se encarga de repartirlos. Yo tuve el mío.
Ahora lo sabes. Desde la distancia mas lejana que la meramente geográfica, doy gracias por haber sido el afortunada de vivir y sufrir, pues todo va unido.
Regreso ahora al vacío del que provengo y no abandonaré jamás, por muchas vidas que me contemplen.
Su nombre? Da igual. Me basta con saber que una vez fuí toda su vida. Hoy he quitado el lazo al regalo.
Vuelve a amanecer tras los ventanales del destino mal comprendido.
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